domingo, 15 de diciembre de 2013

He vuelto

Ahora, con las notas en la mano, sé que la Selectividad está tirada(en Vascongadas hemos hecho la Selec los primeros, en Vascongadas somos los primeros en todo, el PNV va a toda velocidá, a altas velocidades, de hecho-guiño a los ecologistas-) y sé que no debería haber sufrido por ella, pero, compréndanlo, amigos: a los pequeños niños diecisieteañeros los profesores nos atemorizan con ella: durante semanas y semanas los correctores de Selectividad son poco menos que el coco.
Mi último examen de Selectividad fue el de inglés y la redacción tenía que girar en torno al siguiente tema: qué tipo de trabajo quieres desempeñar cuando seas mayor. Aproveché la oportunidad para, en un inglés precario, ensalzar la frivolidad, la pereza, e incluso el parasitismo social al tiempo que rechazaba el sistema selectividiense (no muy en serio, eso sí, que eso ya lo hacen los estudiantes aberchales). Expliqué que yo quería un trabajo que me permitiera observar a la gente (y para "observar" utilicé un freisal, tíosss) en contraposición a mi espíritu solidario tresañero, cuando quería ser doctorcita, bombera o incluso monja puesto que ahora sabía que ayudar a los demás supone esforzarme demasiado. Es más, concreté que yo quería ser librera, pero no de cualquier librería, de una mía, con aire pseudo-peliculero (todo era pseudo-tal en mi redacción), puesto que lo que no iba a hacer es dedicarme a algo como escribir guiones, hacer películas...que eso es demasiado esfuerzo para mí, que es mucho más sencillo convertir tu vida en una película, ¡hombre!. Terminé sentenciando que así observaría a mis peculiares clientes (porque iban a ser peculiares) y les sonreiría mucho al darles las vueltas y permitiría que las preciosas diecisieteañeras de sonrosados carrillos leyeran libros que no pensaban comprar (aquí está el guiño al parasitismo social). Y con un estilo muy yanqui, cerré la redacción inquiriendo: ¿acaso no es una buena manera de ayudara la gente?
Y hete aquí que días después una diecisieteañera de ánimo flojo hojea y ojea diversas revistas...se para en una, lee algo, coge otra...Perdona, ¿necesitas algo? Salgo de mi letargo, me levanto(estaba sentada en el suelo) No, gracias, perdone. Digo, porque ahí sentada no puedes estar, ni leyendo las revistas. Perdone. Ella sigue increpando. Por fin se va. Será el ánimo flojo pero ya estoy llorando (sí, así de imbécil y llorona soy yo). ¿Por qué la gente es tan desagradable? Ese "¿necesitas algo?" era muy elegante y conseguía su propósito: que soltara la revista. ¿O quizás el propósito era increparme? ¿Qué tiene de bueno ir por la vida increpando a muchachas de sonrosadas mejillas apasionadas por revistas que desprecian y que por eso no pueden comprar? El caso es que salgo llorosa de tal establecimiento y con la tontería pierdo el autobús de la una y media. Me dirijo a taquilla para ver si me cambian el billete y si no, comprar otro. El taquillero es borde y me da miedo. Pero yo estoy cabreada con el mundo y en tal estado, convierto el miedo en afán de revancha. Hoy le pondré los puntos sobre las íes.
- Hola. Perdone, he perdido el autobús de la una y media, ¿podría cambiarme el billete? Si no, le compro uno, para el bus de las dos, quiero.
- Joder, siempre te pasa algo. Anda, trae.- Con malísima cara.
- Oiga, si puede hacerme el favor, me lo hace, si no, le compro un billete y en paz, lo que no voy a hacer es flagelarme.
- Por lo menos te podré decir algo.
- A mí no me parece que ir de perdonavidas sea una actitud adecuada. De hecho estoy harta de perdonavidas. (Las simpáticas funcionarias de Correos son un claro ejemplo de perdonavidas, por ejemplo). HOSTIA YA-remato.
Y me voy hacia el autobús para asegurarme de no perderlo. Y me río como una loca. Y no me da vergüenza. ¿Acaso le da vergüenza a la gente hacer lo que hace?

Ensalzar los triundos individuales. Porque no hay nada más. No hay nada más que te preocupe que no sea tu vida.

Vuelvo al blog porque necesito un espacio donde mostrar mis pequeños grandes triunfos y mis sonrisas y conseguir sonreír más. Vuelvo al blog porque quiero contar las pequeñas heroicidades de una chica de temblor y lágrima fácil. Porque quiero burlarme de todo lo que tanto me cuesta o me asusta o me deja patidifusa. Y porque e blog me ayuda a exlorar lo bello, gracioso y bueno, o quizás incluso a inventarlo. Y aunque dijera en su día lo contrario, escribiendo aquí cosas, yo silbo mejor.
PD: Para terminar, os recomiendo a todos la escucha de "Bomba latina", el último EP de Chico y Chica.

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